miércoles, 26 de diciembre de 2012

Esperare.

Quizás todo estaba pasando muy rápido y te asustaste. No te preocupes, está bien. De todas maneras, si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme. Sí, justo ahí, esperando para quererte otra vez. 

lunes, 17 de diciembre de 2012

 No quiero saber nada más de ti. 

Siempre.

Comprometerse es algo muy serio e importante. No es cualquier promesa que puedas hacer a otra persona, es algo más. Comprometerse es más que prometer. Pero yo lo hice, di ese paso. Y no me arrepiento, para nada. Me comprometí a quererle para toda la vida, a soportar sus tonterías y a reír con él, a llorar cuando se necesita y a sonreír cuando el momento lo permite. En fin, que el paso que he dado no es ninguna tontería. Y no quiero que esto se acabe. No quiero que se quede en un amor adolescente, o que sea como una estrella fugaz… que igual que viene, se va. No, no voy a permitir que eso pase. Le querré para toda mi vida, y aunque la distancia nos separe, siempre estará conmigo.

¿Qué es amar?

Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no puedes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices, se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Pero todo por la otra persona, no por ti.

jueves, 13 de diciembre de 2012

No eres invisible.

Jamás lo has sido para mi. 
De hecho, si alguien me preguntara qué es lo más hermoso que he visto... sin duda, respondería tu nombre.

Lo has hecho mal.

Claro que ella va a decir que está feliz por ti y va a deslumbrar con su sonrisa. 
Pero mira profundamente dentro de sus ojos café. 
Cariño, la destruiste.

Demasiada gente en mi cabeza, poca en mi cama.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Oh...

—¿Harías cualquier cosa por nuestro amor? 
—Claro que sí.
—No sé si creerte, me gustaría estar para siempre contigo...
—*Se arrodilla*
—Espera, las mujeres no hacen eso.
—¿Hacer qué? Sólo me estoy abrochando el zapato.
—Oh.

domingo, 9 de diciembre de 2012

¿Cambiar? ¿Que es eso?

Sí, soy yo. La que llora cuando ríe. La que cuando tiene un mal día, te grita. La que con sus amigas se pone en el medio de la calle a chillar, bailar y cantar. La que se ofende por cosas insignificantes. La que a menudo se siente pequeña. La que en los días de sol se come el mundo y en los de lluvia se encierra a pensar. La que hace el tonto siempre que puede. La que lo daría todo por los suyos. La que tiene un carácter muy fuerte. A la qué le encanta reír, aunque también tiene mucha facilidad en llorar. A la que le cuesta mucho olvidar algo que le ha dolido de verdad. A la que la encanta hacerse fotos con caras horribles, y después borrarlas. Sí, esa soy yo. Y no pienso cambiar.

No hay que desperdiciar oportunidades...

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre. Pero a veces miramos tanto tiempo a la puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros. Es verdad que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Solo por ti... todo por ti.

Cuéntame lo que se te pasa por la cabeza. ¿Qué sientes cuando oyes mi nombre? ¿Recuerdas el día que me viste por primera vez? ¿Algún día pensaste en mí? ¿Alguna noche me colé en tus sueños? ¿De vez en cuando recuerdas mi forma de besar? ¿Algún día saliste a la calle con ganas de verme? ¿Esperaste impaciente a que te mandara algún mensaje?  Pregúntate cómo sería tu vida conmigo… si tu vida sigue igual, no hace falta que sigas hablando. Pero, por favor, si de repente descubres que quizás serías un poco más feliz conmigo,  vuelve y regresa a mi lado. Esta situación empieza a darme miedo. Porque vivo… bueno, dejémoslo en que “existo”… únicamente por ti. Una semana no es semana si no me hablas, un día no es un día si no me encuentro contigo por la calle, una noche no es una noche si no sueño contigo. Una hora no es una hora si no la empleo hablando contigo. Un minuto no merece la pena si no pienso en ti. ¿Cómo puedo hacerte saber que estoy pensando en ti y que me haces mucha falta? Sí, es algo que no puedo evitar. No puedo dejar de pensar en ti, no puedo salir a la calle sin pensar: “¿y si le veo?”. No puedo cerrar los ojos sin pensar dónde estarás, con quién y, sobre todo, por qué coño no soy yo quien te da la mano. ¿Sabes? Siempre me he considerado muy independiente, y de repente apareces tú y me jodes esa idea.

Perdiendo...

Mira, ignórame como te dé la gana, haz lo que quieras, ya no me importa. Llevo tiempo intentando llevarlo todo un poco mejor, pero tú no pones de tu parte. Si yo a ti no te importo, ¿para qué seguir insistiendo? A lo mejor es que no te das cuenta, pero es que yo lo noto,  y tarde o temprano verás que todo ha desaparecido. Igual te sorprende y te preguntas por qué, pero seguramente ni te inmutes. Y es lógico, porque tú ya pasas, así que yo no voy a hacer más. Las personas cambian, si, pero tratan de mantener las cosas que de verdad importan. Y por lo que tú demuestras, yo te doy igual. Va siendo hora de que yo también pase, ¿sabes? Yo ya no puedo hacer más, tendré que dejarlo todo en el pasado. Pero no puedo ignorarte, a mi me duele, porque me importas. ¿Pero qué le voy a hacer?, así es la vida, únicamente se quedan contigo las personas que te importan y de las que te preocupas. Yo siempre pensé que tú serías una de esas personas que marcarían mi vida, pero estoy equivocada. Me duele, y mira que día a día intento no perderte, pero estoy sola en este proyecto y creo que va siendo hora de pasar página. No te reemplazaré, eso seguro, y no pienso olvidarte, pero entiende que tengo que seguir adelante. No estoy para nada enfadada, únicamente triste, al ver cómo se desmorona toda nuestra historia y pensar que a partir de ahora sólo me quedarán tus recuerdos. Simplemente lo siento, pero ya no puedo hacer nada más. Siempre te desearé lo mejor y siempre te recordaré espero que igual que yo, tu también lo hagas conmigo, aunque yo eso nunca lo sabré, sólo lo espero. Toda mi gran ilusión de tenerte se desvanece, lo siento. Por último, que sepas que te quiero, que siempre lo he hecho y siempre lo haré. Lo siento.