lunes, 17 de septiembre de 2012

Sonríe a la vida.

Quizás es verdad eso de que soy una niñata, que no sé nada de la vida y que me queda mucho por aprender.
Quizás solo pienso en pasármelo bien, no sé lo que quiero y me derrumbo aunque me haga la fuerte.
Quizás todos tenéis razón, y mi mundillo se derrumbará con el tiempo.
Cuando pase eso, podré decir que he aprendido de los palos de la vida, habré madurado y no pensaré solo en hacer el gilipollas.
Quizás cuando mi mundillo se derrumbe, volveré a levantarme. O quizás me dé por vencida, aún no lo sé.
De lo que estoy segura es de que, aunque la vida y todos sus palos me cambien por completo, aunque los problemas por los que me preocupo ahora no sean nada comparados con los que tendré, aunque me haga débil con el tiempo… sonreiré por un momento a la vida y recordaré que hubo un tiempo en el que todo era bueno y la vida era la que me sonreía a mí.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Que te la sude lo que piensen.

Eres fea. Estás gorda. Eres bajita. Tienes los ojos saltones. Tienes los ojos feos. Tienes cara de pan. Tienes demasiadas pecas. Tu pelo es feo. Tienes estrías. Tu tripa es demasiado grande. Tienes celulitis. Tienes las tetas pequeñas. Tienes el culo gordo. Tu culo está caído. Tienes piernas gordas. Eres una creída. Eres un puta. Eres un marginada. Eres una friki. No vistes bien. Te vas a quedar sola para siempre. Nadie te quiere. Nadie te necesita. No tienes amigos. Todos te odian.
ERES JODIDAMENTE HERMOSA.

Querida Gin, Tonic:

Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde… De escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca, que como tú me enseñaste: en cuanto acabe de escribirla, la quemaré. Mis sentimientos se pondrán a leer y ese dolor... ¿Cómo era?, ¿Cómo decías tu? Ah, ya, "así el dolor no se te queda tan dentro". Esta vez solo quiero ser claro, sería un imbécil si no gritara que me he equivocado contigo, que la he cagado pero bien, desde el principio, que he intentado avanzar sin apartar antes las cosas que me lo impedían, agarrado al pasado, mirando hacia atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar... Qué locura, empeñado en quedarme ahí, en medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar. ¿Dónde está el secreto del futuro, Gin? Puede que esté en fijarse bien, y en avanzar. Mirar más cerca, más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro... ¡Claro! Hay cosas que pasaron antes, mucho antes, y no quiero esperar milagros... solo que las cosas pasen.
Si, no, si, no, si, no… Yo ahora lo tendría claro, pero ahora ya no depende de mi, sino de ti.
Te quiero.

3MSC.

Las cosas se han puesto muy difíciles para nosotros. Me encantaría estar muy lejos contigo, sin que hubiera más problemas, sin mis padres, sin todos estos líos, en un lugar tranquilo, fuera del tiempo.
No te preocupes. Yo sé dónde podemos ir, nadie nos molestará. Hemos estado ya muchas veces, basta quererlo.
¿Dónde?
Tres metros sobre el cielo, donde viven los enamorados.

Cómete el mundo entero cachito a cachito.

Píntate la cara hasta que todos piensen que eres hortera. Bebe cervezas hasta que no puedas acumular más líquido en tu vejiga. Emborráchate. Mánchate la cara de chocolate, y cómetelo. Baila hasta que te duelan los pies. Canta aunque no sepas hacerlo. Habla por teléfono hasta que tu madre te diga que llevas 2 horas. Juega. Falta a clase. Escucha rock a tope, hasta que te quedes sordo. Cáete de un escalón y ríete de la situación. Canta en inglés delante de 20 guiris. Mira fijamente a esa tía que de una bofetada te puede matar. Enamórate. Dile a tu novio lo bueno que está su mejor amigo. Duerme solo para soñar, no para descansar. Ódiale. Quiérele. Átale. Miente, porque por cada verdad hay una mentira. Cómprate la ropa 3 tallas más grandes, es más cómoda. Ve mil veces “El diario de Noa” solo porque te trae buenos recuerdos. Rompe la dieta. Léete un libro en ruso solo porque su portada te transmite algo. Viaja a ese lugar que nunca pensaste que existiría. Haz todo eso y más, que solo se vive una vez.

martes, 11 de septiembre de 2012

Italia.

Sí, siempre he querido ir por Roma en Vespa… a ser posible en una Vespa roja. En plan película antigua a lo Audrey Hepburn. Que hiciese un día soleado, yo con un vestido de flores y con la musicalidad de la calle de fondo. Tú, yo, Roma y tu Vespa roja. Dejar atrás el Coliseo y la Fontana de Trevi o ir en dirección el Puerto de Ostia hacia la playa, comer algo de picnic y tomar el sol.


¿Que cojones es el romanticismo hoy en dia?

¿Habremos acabado por conformarnos con una vida sin azúcar? Tomamos yogur light en vez de helados, aceptamos e-mails en vez de canciones de amor, y bromas en vez de poemas. Por eso, cuando nos encontramos con el romanticismo no podemos digerirlo. Pero, ¿seríamos capaces de reconciliarnos con él, o tenemos intolerancia al romance? Y digo yo, en los tiempos que corren, ¿qué está pasando exactamente? Si salimos de fiesta, un tío romántico nos puede parecer empalagoso y pesado. Pero, ¿y cuando nos enamoramos de verdad? ¿nos volvemos románticos? Cuando conocemos a fondo a la persona que amamos, tiene cabida el romanticismo. ¿Y en qué momento pasamos del juego de la seducción algo picante, al juego romántico? ¿Con el tiempo se pierde? Yo pienso que hay muchas formas de ser romántico. La magia de una pareja existe o no existe, pero lo que no se debe hacer es sobrealimentarla de horteradas románticas. Poco a poco puede estar bien.

Las palabras se las lleva el viento.

Se suponía que íbamos a estar juntos para siempre, se suponía que no me iba a hacer daño, se suponía que era su princesa, se suponía que yo era su presente y su futuro, se suponían tantas cosas…
¿Y qué queda ahora de todo eso? Nada. Absolutamente nada.
Cada vez estoy más convencida de que las palabras se las lleva el viento.
La que ha estado ahí en todo momento he sido yo. La que sufre soy yo. Y él está felizmente por ahí con otra, mientras yo sigo aquí, queriéndole. Queriéndole como jamás he querido a nadie. Queriendo de una forma que llega a doler como una puñalada en el mismísimo corazón.
Se suponía que me quería más que a su vida…