Parecía que nada podía ir a peor, pero ya ves que si.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Solo por ti... todo por ti.
Cuéntame lo que se te
pasa por la cabeza. ¿Qué sientes cuando oyes mi nombre? ¿Recuerdas el día que
me viste por primera vez? ¿Algún día pensaste en mí? ¿Alguna noche me colé en
tus sueños? ¿De vez en cuando recuerdas mi forma de besar? ¿Algún día saliste a
la calle con ganas de verme? ¿Esperaste impaciente a que te mandara algún
mensaje? Pregúntate cómo sería tu vida
conmigo… si tu vida sigue igual, no hace falta que sigas hablando. Pero, por
favor, si de repente descubres que quizás serías un poco más feliz
conmigo, vuelve y regresa a mi lado.
Esta situación empieza a darme miedo. Porque vivo… bueno, dejémoslo en que “existo”…
únicamente por ti. Una semana no es semana si no me hablas, un día no es un día
si no me encuentro contigo por la calle, una noche no es una noche si no sueño
contigo. Una hora no es una hora si no la empleo hablando contigo. Un minuto no
merece la pena si no pienso en ti. ¿Cómo puedo hacerte saber que estoy pensando
en ti y que me haces mucha falta? Sí, es algo que no puedo evitar. No puedo
dejar de pensar en ti, no puedo salir a la calle sin pensar: “¿y si le veo?”.
No puedo cerrar los ojos sin pensar dónde estarás, con quién y, sobre todo, por
qué coño no soy yo quien te da la mano. ¿Sabes? Siempre me he considerado muy independiente,
y de repente apareces tú y me jodes esa idea.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario