viernes, 31 de enero de 2014

Madrid es ella.

Ella era toda la poesía que se escribía en Madrid. Era el verso más bonito de Gran Vía, la boca más hermosa de Malasaña, los ojos más tímidos de los cines de Callao, la cabeza más heavy que había pasado por Argüelles, la cintura más bonita que veías por el metro o las piernas más largas de la Plaza Mayor y la falda más corta de Montera. La musa que aún seguía inspirando a la estatua de Bécquer, el rayo de sol más brillante de una tarde de domingo del Retiro, la rodilla más bonita del Rastro, la que podía domar los leones de Cibeles. La quinta torre de Madrid. El Palacio más real de todo mi reino. Madrid es ella y yo, sólo una de sus calles. Ella es el monumento que fotografía Atocha, la que de manifiesta frente al Congreso, la decimotercera uva de la Puerta del Sol, el cabello más hermoso de Salamanca. A la que todos los hindúes regalan rosas y cerveza en la Latina, los labios más rojos del Calderón, la más loca de toda Chueca, la de la carpeta rosa del Campus de la Complutense, el paseo más largo a través de toda Castellana, el culo más bonito del Retiro o el corazón más salvaje del Bernabéu. El musical más visitado de Gran Vía y el teatro con menos aforo de la Capital. La mejor obra de arte del Prado, la que envuelve en flores a los toros de Las Ventas. Ella es la única estrella que brilla en Madrid. Ella es Madrid. La que baila como una loca en medio de la pista de cualquier garito de Huertas. La chica de Tirso y la "Lady Madrid" de Pereza. A la que no hace falta escribirle, porque es pura poesía. La que es capaz de enderezar las Torres Kio, el cubo más helado de cerveza de La Sureña de Gran Vía, la nariz más roja de Casa de Campo, los acordes de jazz más hermosos del Café Central, la niña que ríe como nadie en Cortylandia. Los copos de nieve que los tejados echan de menos, la única diosa de todas las catedrales, al que cantan en Libertad 8, el único monumento del Templo de Debod. La palabra más bonita del barrio de Las Letras. La única movida que existió en Madrid. Ella. Ella es Madrid.

-Miguel Gane.

viernes, 24 de enero de 2014

Joven y salvaje.

Quizás algunas mujeres no están hechas para ser domesticadas. 

Quizás sólo necesitan correr libres, hasta que encuentren a alguien igual de salvaje que corra con ellas. 

Nadie es perfecto.

Por favor.


Buenos dias, princesa.

Con las palabras atascadas en el alma.

 
 

jueves, 23 de enero de 2014

Critica a tu estupidez.

Me han dicho
-a modo de crítica-
que vivo en la luna.
Les he dicho
-a modo de crítica-
que viven en la Tierra.

Suicida.

Por mucho que duermo, no es suficiente, aún tengo ojeras y ganas de seguir durmiendo. "¿A qué se debe esto, joder?", me pregunto mientras me miro al espejo descontenta con lo que veo, como siempre. Igual este es un buen tema para hablar hoy con la psicóloga. Sí, así me dejará en paz y se enrollará ella sola con sus "diagnósticos" fallidos de lo que me pasa por la cabeza. Me visto y voy a la consulta de mi psicóloga, como cada lunes por la tarde, creo que es una tontería, pero mis padres se han empeñado en que vaya y no queda otra. En fin.
Hablo con la mujer y le comento lo que me ha pasado esta mañana, a ver que dice. La tengo sentada en frente, en una silla, tomando notas en su libreta. Siempre está tomando notas en su libreta. "Tienes un cansancio mental, estás cansada de la vida, aburrida de todo, así comienza el sentimiento suicida, con ganas de dormir para desaparecer de este planeta, pero a pesar de dormir mucho sigues cansado, ya que no descansas", me dice la zorra. Bueno, al menos eso es lo único que se me ha quedado en la cabeza. ¿Qué sabrá ella de mi vida? ¿Qué sabrán mis padres de mi vida? Nadie sabe nada de mí, sólo yo. ¿Sentimiento suicida? ¿Pero qué se ha creído? No tiene ni idea.
Llego a casa y voy al baño a lavarme la cara, hoy sí que me ha puesto de mala hostia. Yo no quiero suicidarme. O, al menos, eso creo. Me miro al espejo y me doy asco. Hay una cuchilla de la maquinilla de afeitar de mi padre en el lavabo. Igual si... No, no, no puedo hacer que esa estúpida tenga razón. Pero quizás así me sienta mejor. Me miro al espejo, pero esta vez con rabia. Cojo la cuchilla y.

180 grados.

Cuando eres adolescente crees haber encontrado al amor de tu vida, ese con quien aprendes a besar, aprendes a querer, a valorar, a reír, a llorar, aprendes a amar, aprendes tantas cosas, pero lo malo es cuando tienes que aprender a olvidar. Todo iba bien y de pronto por una u otra razón tu corazón está roto en pedazos, tienes dieciséis y ya conoces el dolor, la decepción, la desilusión. Lo que creíste que iba a ser la mejor etapa de tu vida se convierte en un tormento, a esa persona que amaste, ahora crees odiarla. ¿Qué ha pasado? Las mariposas se volvieron dolor de estómago, las sonrisas se vuelven lágrimas y los mensajes de buenas noches se convierten en insomnio. No estás sola, pero no ves a nadie contigo, a la única persona que quieres ahí, se ha ido, ya no está y no va a volver, te aferras a él y estás tan cegada que no te das cuenta que de nada va a servir. Pasan los días, los meses, y ahora ya eres capaz de fingir una sonrisa, de hacer como si nada pasara, pero sabes que en cuanto estés sola los recuerdos van a bombardearte y vas a terminar sin fuerzas, llorando en tu cama abrazando el peluche que aún tiene su olor, contemplando la primer foto juntos que guardabas debajo de la almohada, rota en dos por un arranque de coraje, y una cinta uniéndola con un aire de nostalgia. Maldices haberle conocido, maldices cada momento juntos, cada sentimiento, cada mirada y cada mínima cosa que forma parte de su historia, los maldices pero sabes que en el fondo nunca vas a dejar de amar cada pequeño detalle. Es una guerra entre tu mente y tu corazón, un día le odias, un día le extrañas y al otro le amas, parece ser un ciclo sin fin, ¿no? ¿Y qué ha sido de él? ¿Cómo estará? ¿Con quien estará? ¿Te habrá olvidado ya? ¿Será feliz? ¿Te recordara cada segundo como tú lo has echo desde aquel día que se fue? Una y mil preguntas rondan por tu cabeza a cada momento, preguntas que no puedes responder, ni siquiera eres capaz de hablarle porque sabes que cualquier mínimo contacto te hará caer de nuevo. Pasa un año y su recuerdo sigue ahí, contigo, tus amigos saben tu dolor, tú sabes tu dolor y te niegas a seguir adelante, “le voy a esperar, algún día va a volver” te repites una y otra vez, te lo has repetido por tanto tiempo que ya te resulta difícil creerlo, pero algo adentro de ti te pide no darte por vencida. Se han ido muchas oportunidades, muchos chicos lindos que te ofrecen todas las cosas que cualquier chica de tu edad se moriría por tener, pero ellos no son él, nadie es él. ¿Cómo harás para seguir adelante si en cada oportunidad que tienes buscas algo de él? Te niegas a escribir una nueva historia por esperar un “continuará” que tal vez nunca llegue. Pasa el tiempo y has crecido, has querido de nuevo pero sabes que nunca vas a amar a alguien como lo amaste a él, has logrado ser feliz pero cada fecha importante te recuerda a él, te preguntas como hubiera sido si siguieseis juntos, cuantos aniversarios habríais cumplido, cada detalle sigue en tu mente. No le has olvidado, simplemente has aprendido a vivir sin él. Pero un día, un día normal mientras caminas, volteas al frente y ahí está, después de tanto tiempo sin verle. Los dos habéis crecido, pero le reconocerías hasta a dos kilómetros de distancia, esa forma de caminar es inconfundible. Una revolución comienza dentro de ti, él se voltea, cruzáis miradas, y te das cuenta de que ninguno de tus esfuerzos por todo ese tiempo han válido la pena, porque estas temblando como la primera vez que le viste, toda su historia se resume en imágenes que pasan rápidamente por tu cabeza, y es ahí cuando sabes que nunca vas a poder olvidarle.
-Daniela Ramos.

Asi va el mundo.

1. Pedofilia en el Vaticano.
2. Abuso infantil en el turismo de Tailandia.

3. Guerra de Siria.

4. Tráfico de órganos en el mercado negro, donde las primeras victimas son los niños de los países más pobres.

5. Armas libres en Estados Unidos.
6. Obesidad infantil causada por las grandes empresas de comida rápida.

martes, 21 de enero de 2014

Enterate.

Ho voglia di te.

Distancia.

[Pd: me lo dedicó un amor a distancia]

Frialdad.

domingo, 19 de enero de 2014

Autoestima.

Justo cuando iba a echarme a correr detrás de ti, justo cuando tu figura empezaba a fundirse con los demás transeúntes, justo ahí sequé la lágrima que caía por mi mejilla, me giré, empecé a caminar calle a bajo y sonreí al primer chico guapo que encontré. 

miércoles, 15 de enero de 2014

Luna llena.

—15 de enero. 
—14 de febrero. 
—16 de marzo. 
—15 de abril. 
—14 de mayo. 
—12 de junio. 
—12 de julio. 
—10 de agosto. 
—08 de septiembre. 
—08 de octubre. 
—06 de noviembre. 
—06 de diciembre. 

martes, 14 de enero de 2014

14.01.14.

No te voy a decir que te amo simplemente porque es muy pronto. Pero eres el tipo de personas que podría amar toda la vida como una loca. 

Cambias mis expectativas y le das un giro a mi vida sin ni siquiera intentarlo. 

No te voy a decir que te amo porque aún no te conozco. Porque no sé si planeo emplear esa palabra en un futuro. A veces los "te amo" más lindos son los que se dicen con acciones, no con palabras. 

Belleza.


Ella mira con ternura y anhelo una época donde no importaba un cuerpo delgado para estar en una pintura, en una foto, en una portada. Donde ser "gorda" no era nada, nada más que ser una mujer, una persona. Se las trataba como a cualquier mujer, se las quería, se las respetaba, como a cualquier flaca. Hoy en día no es así. Te das cuenta de que el hombre de gafas la mira mal, los otros dos idiotas se burlan de ella, y ella simplemente está mirando un cuadro, sin hacerles nada. Así es como estamos hoy, anhelando algo que pasó y no va a volver.

Ola de frio.

En la habitación de un hotel
de las afueras,
en silencio,
sobre la cama
cada vez más fría, más ajena,
dos amantes
-para evitar mirarse- miran
al techo.
Les ha pasado lo peor, y lo saben:
no les ha pasado nada
nuevo.

Es sencillo.

Vamos a ver, no es que no confíe en ti. Es sólo que muchas veces nos gusta expresar nuestros sentimientos y tristezas a un desconocido. Él no nos criticará ni nos juzgará simplemente porque no conoce nuestra vida, no conoce nuestra historia. Sólo se limitará a darnos consejos y a regalarnos un poco de su tiempo. Y no pasa nada.

—Albert Espinosa.

Rompí a llorar. 
 
Me encanta esa expresión. No se dice «rompí a comer» o «rompí a caminar», rompes a llorar o a reír.
 Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.