jueves, 17 de abril de 2014

Bostezando sonrisas.

¿Que cómo te quise? Pues lo hice a la andaluza, exagerándote hasta la extenuación. 
Te quise de principio a fín. 
Desde tu último mechón de pelo, 
hasta tu dedo pequeño del pie. 
Te quise por si acaso y un poco más. 
Te quise de rodillas... y cómo te gustaba derrochárme todo ese querer. Pero también te quise de puntillas 
cuando no me alcanzaban tus besos. 
Te quise del derecho y del revés, tumbados, sentados, encima de la lavadora o en el coche. 
Te quise por si te ibas y también por si te quedabas. 
Te quise sin medirme en nada y por eso siempre te quise de más. Te quise de más cuando llovía y te resguardaba o cuando hacia frío y necesitabas mi fuego. Te quise cuando estabas alto y te daba miedo la caída y también te quise cuando te recogí del suelo. 
Te quise a lo loco, a lo vulgar, a lo divino, a lo profano, a lo insano, a lo carpe diem. Te quise justo en ese momento y de esas mil maneras. Me desgarré en quererte. Pero no me disculpo por ello, porque solo existió una razón para esa sinrazón de amar:

2 comentarios: