jueves, 17 de abril de 2014

Eres la excepcion que confirma la regla.

Eres lo mismo que fueron las matemáticas durante toda mi trayectoria académica. Te odio, pero te repetiría incansablemente porque en realidad no me queda más opción. A final de curso te encuentro la gracia y hasta me apetece recuperarte en septiembre. No te entiendo y sé que nunca te entenderé, pero también sé que eso es lo de menos porque sólo debo seguir creyendo que uno más uno son dos y que el orden de los factores no altera el producto. Da igual cuánto me mueva y si al final me pongo encima o debajo, siempre resultaras un plan fallido, el más que resta, la excepción de toda regla.

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